Cuando comenzamos este proyecto teníamos en mente que fuera el distrito el que prestara sus voces a 7 Barrios - Ágora Sur. No queríamos tan solo dar nuestra visión, sino tratar de generar un mecanismo de encuentro, un cruce de caminos entre personas que colaboramos en líneas de trabajo más o menos similares. Sabemos que la clave de la acción social es la comunicación, y que sin empatía no puede haber proyectos comunes ni trabajo en red. Cuando nos llamamos revista participativa lo hicimos esperando lanzar un testigo a recoger por todos los vecinos que desearan transmitir sus problemas, sus éxitos o sus preocupaciones. Cuatro números después podemos decir que algo de eso hemos conseguido.
Os dejamos con la versión completa del poema incluido en este número, una reescritura de la versión original de Gill Scott-Heron, que también añadimos al final:
La revolución no va a ser espectacular
No vas a poder separarte de
ti mismo,
no vas a poder quedarte en
casa ni llenar el depósito de tu coche ni sentarte en tu oficina para encender
el ordenador.
No vas a poder enchufar y desenchufar, conectarte y desconectarte.
No vas a poder comprar en el supermercado ni pasarte por el centro
comercial para contentar a los que te quieren
No vas a poder dormir los sábados por la mañana ni estar en un
atasco ni tener mucho que trabajar.
Porque la revolución no va a ser espectacular,
no va a ser espectacular.
La revolución no va a ser retransmitida.
La revolución no se va a televisar.
No van a decir nada en la radio.
La revolución no va a llegarte por Youtube en cuatro partes, sin
intermedios ni intermediarios.
La revolución no va a circular por tweets o eventos de Facebook
porque ni los tweets ni los eventos de Facebook van a circular la revolución.
La revolución no te mostrará fotos de Obama firmando una lista de
ejecuciones o dirigiendo un ataque contra Irán, Corea o Venezuela.
La revolución no sacará a Merkel en el telediario defendiendo la
austeridad ni a Hollande en la
Bastilla defendiendo los eurobonos .
No. La revolución no va a ser espectacular.
No va a haber maquillaje mac bajo el que ocultar tu esquizofrenia
ni ropa de H&M o Zara bajo la que abrigarte.
La revolución no va a darle sex appeal a tu boca.
La revolución no te hará pesar cinco kilos menos.
La revolución no va a poder reservarse en Amazon ni recibirse a
domicilio ni agotarse ni almacenarse mientras llegan más compradores.
No vas a poder habitar la isla de Lost por 50 minutos ni vender
drogas ilegales en tu laboratorio a través de Megavideo.
No vas a poder escuchar los anuncios de Spotify ni actualizar tu
blog a las cinco de la mañana.
No vas a poder festejar las victorias de tu equipo ni
emborracharte cuando gane tu país la Eurocopa.
porque la revolución no va a ser espectacular.
No habrá fotos de polis pasándose más de la cuenta con sus
hermanos de Lavapiés.
No habrá miles de cámaras por la ciudad grabando los movimientos
de todos los ciudadanos.
El Banco Santander, Telefónica, Endesa o Dragados no serán nunca
más tan puñeteramente relevantes, y
las personas no se interesarán por quién gana la final de Gran
Hermano
porque los currantes van a estar de parte de los que paran el
metro cuando hay un tarifazo.
La revolución no va a ser espectacular.
No va a haber documentales sobre ti y tus amigos gritando
consignas
ni va a haber recorridos de manifestaciones ni un coche con
altavoces que marque el camino
no va a haber pancartas aclarando por qué luchas ni decepciones
por los conatos de violencia ni cordones de autoprotección
no va a haber un tren de cercanías para volver a casa ni un bar
para comentar la jugada cuando todo haya acabado
no va a haber plazas de Sol ni acampadas ni asambleas
No va a haber jornada de reflexión ni jornadas de voto ni jornadas
de revolución.
Porque la revolución no va a ser espectacular.
La revolución no va a ser un e-mail entre horas de trabajo
ni va a ser una tarde libre ni un cigarro de liar. La revolución
no va a intercambiarse
en comedores veganos un viernes por la tarde ni se venderá en
minis a 5 euros
en la barra de un concierto. La revolución no va a residir en
casas okupas
ni en centros autogestionados ni en los espacios de arte
alternativo.
La revolución no va a caber en el espacio de un marco ni en la
sala de exposiciones ni en las 300 páginas
de un ensayo de Debord ni en un libreto de Hessel, La revolución
no va a tener notas a pie de página,
ni prólogos ni epílogos ni dedicatorias ni agradecimientos,
no,
porque la revolución no va a ser espectacular.
La revolución no va a ser cantada en una cena con tus amigos, ni
añorada
cuando cobres la jubilación ni va a ser más real con gafas 3D ni
sabrá mejor con palomitas. La revolución no va a luchar
contra los gérmenes que causan mal aliento. La revolución no se va
a hacer mejor con Coca-Cola. La revolución
no va a ser escenificada,
no va se va a
televisar,
no va a ser
espectacular.
¡No va a ser
espectacular!
¡No va a ser
espectacular!
La revolución no va a gritar «Yes, we can»
La revolución te va a colocar en el asiento del conductor.
La revolución te ocurrirá.